El realismo debe procurar mostrar en sus obras
una reproducción fiel y exacta a la realidad, se tiene que oponer el romanticismo
en su rechazo sentimental en cambio lo trascendental aspira en cambio a reflejar la realidad
individual y social.
El lenguaje debe ser utilizado en las obras ya
que expresan el habla común y se tienen que adaptar a los usos de los distintos
personajes, interactúan e influyen entre otros. La historia muestra una relación
rápida entre los personajes como testimonio de una época.
El Realismo
literario se descompone en diversas corrientes que renuevan sus principios,
bien seleccionando y desarrollando una de sus ramas, bien exagerándolos, bien
rehuyéndolos y adoptando los principios opuestos, bien contaminándolos y
mezclándolos con los principios opuestos.
El público se
interesa, más que por lo lejano en el tiempo y espacio y lo exótico de los
románticos, por los problemas próximos y cotidianos de la sociedad
contemporánea.
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